28 Horas al Día: Un Experimento de un Año

2025-01-09

El autor comparte su experiencia viviendo en una rutina de 28 horas al día durante un año. Descubrió que fue la segunda mejor cosa que hizo para su salud, después del ejercicio regular. La adaptación tomó dos meses, involucrando superar el sueño y los desafíos de comunicación con su pareja. Las siestas estratégicas se convirtieron en la clave para administrar su horario, y se volvió hábil en alternar entre ciclos de 28 y 24 horas. Si bien la agenda no convencional complica las interacciones sociales, el autor informa beneficios significativos: mejor consistencia del sueño, más tiempo libre, ejercicios más frecuentes y un entorno más silencioso y menos concurrido para los entrenamientos. A pesar de los ajustes sociales, los beneficios se consideran mucho mayores que los inconvenientes.

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